El crepúsculo del amanecer.
Acaban de sonar las 12 campanadas de la media noche. Hay un ambiente desolado, triste, a lo lejos se aprecia la siluetea de un hombre que aparenta tener entre los 50 o 55 años, elegante, traje negro, reluce con los oscuro del cuarto.
Junto a el, una cama y en ella una mujer recostada, embelleciendo la palidez de la recamara, ¡hay mucha soledad!
Siento tanto el temor vano de no avisar que llegaría, perdona si te hice esperar tanto, te juro que yo quería llegar temprano, pero, me detuvieron tantas cosas, antes de seguir hablando no quiero que llores, que grites, como las demás noches, solo escucha un momento mi amor, un instante tan solo pido, pero que capte toda tu atención.
Sabes quiero agradecer, por todo lo que me diste, momentos ¡bellos!, ¡de amargura! Y ¡locura!, tu eres lo máximo para mi, hoy, estoy dispuesto a pasar toda una noche contigo corazón, como nunca lo había echo por falta de tiempo, por mis borracheras, por trabajo, puedo utilizar mil pretextos, pero bueno eso ya no importa ya me vez aquí sentado a las 12 de la noche, contándote cosas que quise decirte desde hace tiempo.
No te vallas a enojar conmigo, por no poderte tocar, quisiera hacerlo, hay algo que me detiene y no me deja ver, ¡dios!, ¿Por qué a mí?
Hoy esta noche, quiero que sepas, que siempre estaré junto a ti, que a pezar de que ya no me encuentro a tu lado, deseo que seas feliz, que busques un reencuentro de satisfacción al alma, olvídate de las penas que te hice pasar, porque ahora comprendo que te hice mucho daño, fui un completo barbajan.
Duerme, que me encanta ver tu silueta, brillante, con la calma que siempre sueles tener, que presumes controlar, descansa que yo estaré para protegerte toda una vida, mas bien dicho una eternidad, la noche se acaba mi silueta desaparecerá, y antes de que me valla en tu frente resaltara el beso enamorado, mi caricia desgarradora.
Permíteme esta noche arrullarte con mi canto suave hacia tu oído, esta será la última vez, y ¿sabes porqué?, pues porque muerto estoy ya.
Acaban de sonar las 12 campanadas de la media noche. Hay un ambiente desolado, triste, a lo lejos se aprecia la siluetea de un hombre que aparenta tener entre los 50 o 55 años, elegante, traje negro, reluce con los oscuro del cuarto.
Junto a el, una cama y en ella una mujer recostada, embelleciendo la palidez de la recamara, ¡hay mucha soledad!
Siento tanto el temor vano de no avisar que llegaría, perdona si te hice esperar tanto, te juro que yo quería llegar temprano, pero, me detuvieron tantas cosas, antes de seguir hablando no quiero que llores, que grites, como las demás noches, solo escucha un momento mi amor, un instante tan solo pido, pero que capte toda tu atención.
Sabes quiero agradecer, por todo lo que me diste, momentos ¡bellos!, ¡de amargura! Y ¡locura!, tu eres lo máximo para mi, hoy, estoy dispuesto a pasar toda una noche contigo corazón, como nunca lo había echo por falta de tiempo, por mis borracheras, por trabajo, puedo utilizar mil pretextos, pero bueno eso ya no importa ya me vez aquí sentado a las 12 de la noche, contándote cosas que quise decirte desde hace tiempo.
No te vallas a enojar conmigo, por no poderte tocar, quisiera hacerlo, hay algo que me detiene y no me deja ver, ¡dios!, ¿Por qué a mí?
Hoy esta noche, quiero que sepas, que siempre estaré junto a ti, que a pezar de que ya no me encuentro a tu lado, deseo que seas feliz, que busques un reencuentro de satisfacción al alma, olvídate de las penas que te hice pasar, porque ahora comprendo que te hice mucho daño, fui un completo barbajan.
Duerme, que me encanta ver tu silueta, brillante, con la calma que siempre sueles tener, que presumes controlar, descansa que yo estaré para protegerte toda una vida, mas bien dicho una eternidad, la noche se acaba mi silueta desaparecerá, y antes de que me valla en tu frente resaltara el beso enamorado, mi caricia desgarradora.
Permíteme esta noche arrullarte con mi canto suave hacia tu oído, esta será la última vez, y ¿sabes porqué?, pues porque muerto estoy ya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario